Sabemos que las personas con trastorno bipolar tienen un riesgo genético de transmitir la enfermedad a los hijos, pero, ¿este motivo debe impedir a una pareja el tener hijos?, si el niño tiene la enfermedad, ¿cuáles son los síntomas que podemos detectar en niños y adolescentes? En este artículo hablaremos sobre la paternidad y el trastorno bipolar infantil.
¿Qué riego existe de transmitir la enfermedad a los hijos?
Índice del artículo
Como es lógico, si una persona padece trastorno bipolar, sus hijos tendrán más riesgo de desarrollar la enfermedad que los hijos de una persona que no tenga la enfermedad. Este riesgo se sitúa alrededor del 15-20% cuando uno de los dos padres tiene la enfermedad, con una probabilidad algo mayor por parte de la madre que por parte del padre. Si el trastorno bipolar lo padecen ambos padres, el riesgo es del 50-75%. No siempre existe una herencia inmediata, ya que a veces la enfermedad se puede saltar una o dos generaciones. Por otro lado, no siempre se hereda la enfermedad del mismo tipo ni intensidad ya que un padre con trastorno bipolar de tipo I puede dar lugar a un hijo ciclotímico. Se estima que la incidencia bipolar infantil es del 1-6% incluyendo las formas más leves y las más graves.
¿Cuáles son los síntomas del trastorno bipolar infantil?
Es difícil diagnosticar el trastorno bipolar en un niño porque hay características propias de la infancia que se pueden confundir con los síntomas de la enfermedad, por ejemplo, los síntomas psicóticos pueden pasar por ser “fantasías del niño”. Los criterios diagnósticos para el trastorno bipolar son totalmente aplicables a la edad adulta, pero en niños y adolescentes son menos eficientes y válidos. Los niños con trastorno bipolar es frecuente que presenten hipersexualidad, es decir, un interés más elevado por el sexo del que sería adecuado en esa edad. Los niños presentan con mayor frecuencia que los adultos episodios mixtos y ciclos rápidos. También es frecuente la presencia de marcada irritabilidad de forma más o menos continuada y permanente. Es frecuente que en la infancia se pueda confundir con el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad o con Trastornos de Conducta.
A modo de resumen, los síntomas más frecuentes que suelen presentarse durante la infancia son (estos síntomas no tienen porqué darse en todos los niños con la enfermedad):
Alteraciones del estado del ánimo
- Humor eufórico, irritabilidad
- Depresión: tristeza, llantos
Los cambios en el estado del ánimo suelen ser rápidos y pueden aparecer de forma explosiva.
Síntomas de tipo conductual y cognitivos
- Marcada hiperactividad, pueden presentar episodios de agitación
- Desobediencia
- Oposicionismo, negativismo
- Dificultades de atención
- Deshinibición sexual
- Empezar actividades que no se terminan
- Pensamiento muy acelerado
- Conductas arriesgadas
Alteraciones de tipo psicofisiológico
- Enuresis (orinarse encima)
- Alteraciones en el sueño (insomnio, terrores nocturnos)
¿Cuál es el tratamiento más adecuado para estos niños?
Como en el trastorno bipolar adulto, los niños también son medicados con fármacos reguladores del humor pero a dosis más bajas. El valproato sódico (Depakine) se utiliza con preferencia al litio en niños y adolescentes. Además, cuando aparecen síntomas de excitabilidad, irritabilidad e inquietud motora importante, suelen prescribirse neurolépticos. Si se presenta ansiedad, se utilizan las benzodiacepinas ya que producen mejoría en la inquietud psicomotora y regularizan el sueño. En ocasiones puntuales de la enfermedad, también se prescriben los antidepresivos.
¿Debemos renunciar a ser padres por tener trastorno bipolar?
Tener hijos es una decisión muy personal, aunque las razones más importantes para tomar esta decisión deberían ser el deseo personal y el sentirse capacitado para educar al hijo. Si usted está correctamente medicado y tratado, no debe sentirse impedido de tener un hijo.
¿Cómo podemos saber si nuestro hijo tendrá la enfermedad antes de que se desarrolle?
Actualmente, los estudios genéticos no permiten realizar un diagnóstico precoz a partir de un estudio genético. Por el momento, no hay ninguna forma de saber si su hijo padecerá la enfermedad.
Mi hijo tiene trastorno bipolar, ¿qué podemos hacer los padres?
Cuando hayan observado comportamientos que les hagan sospechar que su hijo podría presentar un trastorno bipolar y decidan consultarlo con el médico, es recomendable que lleven información detallada sobre los cambios de comportamiento de su hijo. Asimismo, es necesario que colaboren con los especialistas que tratan a su hijo y se involucren totalmente en el tratamiento. Por otro lado, es recomendable que se informe acerca de la enfermedad y de los tratamientos disponibles en la actualidad.
Recomendaciones generales a tener en cuenta por los padres:
– Deben mostrar una actitud firme ante los problemas de comportamiento de su hijo.
– Sean tolerantes con aquellos problemas que no sean realmente importantes.
– Aprendan técnicas de relajación y respiración para poder ayudar a su hijo.
Además de la medicación, ¿hay algún tipo de tratamiento psicológico eficaz?
Durante la fase aguda, no es posible hacer ningún tipo de tratamiento de tipo psicológico debido a la falta de colaboración. Cuando el niño u adolescente se va recuperando, se puede inicar un plan de tratamiento psicológico integral que tenga en cuenta las esferas afectiva, conductual, familiar y escolar.
A modo de resumen, está aceptado por la comunidad científica que el trastorno bipolar infantil existe. Hemos resumido los síntomas más frecuentes en la infancia. Si usted observara alguno de estos síntomas y, además hay antecedentes familiares de trastorno bipolar, es importante que lo consulten con un especialista en psiquiatría infantil lo antes posible, ya que la detección precoz y el tratamiento temprano son factores de buen pronóstico.
Bibliografía
Vieta, E. Colom, F. Convivir con el trastorno bipolar. Editorial Médica Panamericana. 2003.