La sexualidad es una fuente de placer y bienestar y permite una comunicación de sentimientos y sensaciones con la otra persona. Muchas personas con trastorno bipolar se quejan en la consulta de problemas con sus relaciones sexuales. En esta noticia expondremos qué dificultades tienen las personas con trastorno bipolar relacionadas con la sexualidad y cómo se pueden disminuir estos problemas.
Tanto los síntomas de la enfermedad en sí como los fármacos que se toman para estabilizarla afectan al funcionamiento sexual.
El deseo sexual va fluctuando en función de la fase de la enfermedad. Por un lado, durante la fase depresiva se produce una disminución del deseo sexual. En las fases hipomaníacas y maníacas se produce un aumento del apetito sexual (hipersexualidad) que puede llevar a la persona a conductas que no le son propias como cometer infidelidades o cambiar sus gustos sexuales. En esta fase se pueden producir conductas sexuales de riesgo que pueden tener como consecuencias infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados. Las relaciones sexuales pueden disminuir de forma completa durante el último episodio o disminuir sucesivamente tras múltiples episodios. En la fase de eutimia, la enfermedad no tiene porqué afectar a la sexualidad.
Se sabe que la dopamina es el principal neurotransmisor relacionado con la activación de la respuesta sexual. En fases hipomaníacas y maníacas se produce un aumento de la dopamina en el centro del placer del sistema mesolímbico que determina un aumento de la respuesta sexual y de la activación. El descenso de la dopamina supone un bloqueo de la respuesta sexual.
Por lo que respecta a los efectos de los fármacos, se sabe que algunos de ellos pueden afectar al funcionamiento sexual. Entre estos fármacos destacamos algunos antipsicóticos y antidepresivos que pueden provocar disfunción eréctil, disfunción eyaculatoria o disminución de la líbido. La influencia de los fármacos depende de la dosis y de la duración del tratamiento. Es frecuente, sobre todo en el sexo masculino, que abandonen la medicación para reducir este efecto tan indeseable que afecta a la calidad de vida.
Como recomendaciones para mejorar este aspecto, en primer lugar las personas con trastorno bipolar deben tomar adecuadamente la medicación para evitar, entre otros síntomas, los altibajos en la sexualidad. Por otro lado, debe explicarle a su médico los efectos adversos que tienen los fármacos sobre su sexualidad para que pueda ayudarle. Nunca debe dejar de tomar la medicación por este motivo, tendría una recaída en fase depresiva o maníaca. Es del todo desaconsejable para las personas con trastorno bipolar el consumo de drogas y de alcohol, pero además éstos tóxicos influyen directamente sobre la sexualidad. También es importante una buena comunicación con la pareja sobre temas relacionados con la sexualidad, poder hablar con la pareja sobre lo que le preocupa y cómo se puede mejorar es un factor muy importante.
En esta noticia hemos hablado de las repercusiones que tienen el trastorno bipolar y los psicofármacos en la sexualidad de algunas personas y hemos dado algunas recomendaciones para poder mejorarla.
Bibliografía
Salvador-Carulla, L y cols. Sexualidad y enfermedad mental crónica.
Vieta, E. Colom, F. Convivir con el Trastorno Bipolar. Editorial Médica Panamericana. 2003.