En este artículo hablaremos de cómo debe ser la alimentación de las personas con trastorno bipolar. Como sabemos, son conocidos los beneficios de una alimentación equilibrada para la salud física y mental.
El tratamiento farmacológico es esencial en el trastorno bipolar. Sin embargo, también es necesario un cambio en los hábitos tales como realizar ejercicio físico con moderación, dejar de fumar (ya hemos hablado de estos dos aspectos en noticias previas) o evitar estímulos estresantes. La alimentación también es uno de los hábitos que se pueden modificar para mejorar la salud.
Por lo general, la persona con trastorno bipolar en fase maníaca tiende a no cumplir los requerimientos nutricionales básicos como respetar los horarios de las comidas o tomar una dieta equilibrada. Normalmente, presentan una pérdida de peso y problemas digestivos. En el polo opuesto, durante la fase depresiva la persona presenta una pérdida de apetito con pérdida de peso y desarreglos digestivos.
Hasta el momento actual, no se ha descubierto ningún alimento que tenga propiedades antidepresivas o antimaníacas. La dieta de ácidos grasos omega-3 en el trastorno bipolar no se ha mostrado eficaz. Es necesaria más investigación de los efectos de la combinación de ácidos grasos omega-3 y estabilizadores del estado de ánimo.
Por otro lado, es frecuente que las personas con trastorno bipolar estén preocupadas por su peso, dado que algunos fármacos pueden incrementarlo. No son recomendables las dietas que permitan pasar hambre, ya que es una experiencia estresante para el cuerpo y sabemos que el estrés puede precipitar una recaída. Es recomendable que la persona con trastorno bipolar que quiera seguir una dieta acuda a un endocrinólogo para hacer un control de la alimentación. Debe hacer saber al endocrinólogo que sufre trastorno bipolar y los fármacos que está tomando.
Asimismo, los productos para perder peso están contraindicados para las personas con trastorno bipolar. La mayoría son diuréticos que no están recomendados si la persona toma litio. Otros son estimulantes, normalmente anfetaminas, que quitan la sensación de hambre pero provocan ansiedad y, como hemos comentado, la ansiedad puede precipitar una recaída sobre todo en fase maníaca y mixta.
La dieta de una persona con trastorno bipolar debe ser como la de cualquier otra persona: equilibrada, variada y nutritiva. Veamos un ejemplo.
- Comer verdura al menos una vez al día.
- Tomar dos piezas de fruta al día.
- En cada una de las comidas debe incluirse hidratos de carbono como el arroz, la pasta o las legumbres.
- Comer pescado 2-3 veces a la semana.
- Evitar alimentos ricos en grasas como carnes grasas (cerdo), todo tipo de embutidos, mantequillas, margarinas y quesos grasos muy curados.
- No ingerir más 30 g de aceite (3 cucharadas) al día.
- Evitar los alimentos con alto contenido en azúcar.
- Beber al menos un litro y medio de agua al día.
Las personas que están tomando sales de litio como estabilizador del humor deben tener en cuenta dos recomendaciones:
- Tomar entre 8 y 10 vasos de agua todos los días. No tomar suficientes líquidos puede causar un aumento en los niveles de litio y provocar una intoxicación. Es posible que la persona necesite beber más si el clima es más cálido y mientras hace ejercicio porque suda más.
- No se tiene que disminuir ni aumentar el consumo de sal. Un menor consumo de sal podría hacer que aumenten los niveles de litio y un mayor consumo podría provocar que estos niveles disminuyan.
Como conclusiones, una correcta alimentación es vital para la salud de todas las personas. Debido a la enfermedad, las personas con trastorno bipolar pueden tener malos hábitos alimentarios que es esencial corregir. Por otro lado, muchos de ellos están preocupados con el aumento de peso que provocan algunos fármacos y el sedentarismo. Por el momento, no se conoce ninguna alimentación o dieta que tenga eficacia terapéutica por sí sola en el trastorno bipolar. Las dietas restrictivas de adelgazamiento y algunos productos adelgazantes están contraindicados ya que pueden precipitar una recaída.
Bibliografía